Hoy hablamos con María Cruz Díaz Álvarez en Cocampo.
PREGUNTA. Los ingenieros agrónomos son una figura clave en el campo y en todo lo que tiene que ver con el suelo rústico, ¿por qué?
RESPUESTA. El concepto “campo” comprende todas las competencias que la profesión de ingeniero agrónomo engloba. Desde el estudio y conocimiento profundo del medio en el que se va a producir, hasta los últimos momentos de la comercialización, pasando por toda la producción primaria (cosecha, selección, envasado, transporte y comercialización, así como la responsabilidad sanitaria de los productos), son responsabilidad de los ingenieros agrónomos.
Todo ello causando el menor impacto posible en el medio ambiente y, sobre todo, siempre pendientes de la seguridad alimentaria, tanto en cantidad como en calidad. Nuestro trabajo consiste en producir alimentos saludables y asequibles para todo el mundo, lo cual sería imposible si perjudicáramos al medio o no tuviéramos gran cuidado de los factores de producción: clima, suelo y agua. Esta es nuestra finalidad y la de nuestra profesión.
P. Los expertos coinciden en la necesidad de relevo generacional en el campo. ¿Afecta esto también al futuro de su profesión? ¿Faltan jóvenes con pasión por la ingeniería agronómica?
R. Las nuevas generaciones son imprescindibles en todos los sectores, pero quizás sea más complicado atraerlos en aquellos que requieren mayor formación y experiencia.
Con la tecnificación imprescindible de la agricultura, la ganadería y la industria agraria, habrá que incrementar la formación de todos los que nos dedicamos a ellas. A mayor tecnificación, más conocimientos serán necesarios.
En los últimos años se ha detectado una disminución en el número de estudiantes de todas las ramas de la ingeniería y, cómo no, en la Ingeniería Agronómica, especialmente debido a la poca visibilidad que tenemos en la sociedad y al desconocimiento de los jóvenes de nuestra profesiones. Esto puede ser particularmente grave para los agrónomos debido a la falta de profesionales, algo que en estos momentos se detecta en el mundo laboral.
Yo animo a los jóvenes a conocer el trabajo de nuestra profesión y a los ingenieros agrónomos a difundir y poner en valor nuestro trabajo.
P. Poco a poco, el campo se ha ido abriendo paso a la digitalización, ¿cómo facilita esto su trabajo?
R. Los retos de nuestra profesión son imposibles de abordar sin información rápida y veraz, es decir, sin las técnicas digitales.
Las tomas de decisiones que la Ingeniería tiene que abordar requieren una gran cantidad de datos y conocimiento que nos permita reaccionar ante eventualidades climáticas, patológicas o medioambientales rápidamente y en cualquier entorno.
Por otro lado, el agricultor necesita tener en tiempo real datos de precios y de demanda del mercado para la toma de decisiones de producción y de comercialización que son imprescindibles e imposibles de obtener si no es con una buena base informática y unas redes rápidas y seguras.
P. ¿Cuáles son los retos y desafíos a los que se enfrentan ustedes, los ingenieros agrónomos, en el futuro?
R. El desafío más urgente de los ingenieros agrónomos es que antes del 2050 debemos tener una producción incrementada en un 70% si se quiere alimentar a la población mundial.
Es un reto titánico en el que la Ingeniería Agronómica deberá ser apoyada por toda la sociedad.
El reto es, por un lado, aumentar la producción, mantener los precios asequibles a todo el mundo y evitar lo máximo posible los desperdicios, todo esto protegiendo, como siempre hacemos, el medio ambiente.